La crisis sanitaria provocada por el Covid19 motivó, el pasado 14 de marzo, la declaración del estado de alarma en España. Desde entonces, la principal preocupación de todos los que formamos este ayuntamiento ha sido garantizar y reforzar la prestación de los servicios públicos, además de atender las necesidades de los vecinos de nuestro municipio.
El Ministerio de Sanidad cree imprescindible para mantener a raya la propagación del coronavirus, evitar la celebración de actos multitudinarios, ya que existe mayor riesgo de exposición y trasmisión como consecuencia de las aglomeraciones y el contacto estrecho con las personas.
Han sido muchos días de incertidumbre, en los que nos hemos visto obligados a afrontar decisiones muy difíciles con el único objetivo de preservar la seguridad y la salud de los vecinos de Caspe, pero ha llegado el momento de tomar, de nuevo, una decisión que nadie podía imaginar hace unos meses, cuando nos despedíamos de nuestro patrón con la promesa de volver el año próximo.
Desde la responsabilidad que nos corresponde y de acuerdo con todos los grupos políticos que forman este ayuntamiento, peñas y asociaciones caspolinas, hemos decidido cancelar las fiestas patronales en honor de San Roque previstas para los días 12 al 16 de agosto.
En este momento, es impensable organizar unas fiestas populares que se caracterizan por la gran afluencia de personas en nuestras calles, por lo que sería imposible guardar el distanciamiento social, ni respetar las medidas sanitarias que aconseja esta situación excepcional y la salud de la población es nuestra prioridad.
En nuestro recuerdo, pesaran esos días las imágenes y sonidos que caracterizan nuestras fiestas: la alegría desbordante de las peñas, el estruendo del chupinazo y los cohetes anunciadores, el sonido de charangas y conciertos, el color de las ofrendas, los espectaculares toros de fuego y el olor a pólvora recorriendo nuestras calles y el regocijo de recibir a los visitantes que vienen a disfrutar de nuestras fiestas.
Las fiestas de nuestro patrón, San Roque, volverán el año próximo con más ganas que nunca y serán algo más que unas fiestas de verano. Esperamos poder celebrar muchas cosas, entre ellas: el regreso a nuestras costumbres, a los abrazos, al contacto humano, a la cercanía sin restricciones y a la normalidad de ser, por fin, nosotros mismos.
Caspolinos y caspolinas: ¡VIVA SAN ROQUE!
