ERMITA DE SAN INDALECIO (s. XVIII)

ERMITA DE SAN INDALECIO (s. XVIII)

DESCRIPCIÓN

La ermita de San Indalecio ocupa la única plaza del barrio de la Muela, también llamada plaza de San Indalecio, rodeada de edificaciones que la insertan en el tejido urbano. Se abre a la misma a través de una fachada que presenta un zócalo de piedra sillar vista, estando el resto enlucido. En ella únicamente se destaca el acceso, mediante un arco carpanel con una línea de imposta destacada mediante molduras que tienen su correspondencia en los sillares moldurados de la parte baja de los laterales de la puerta. Sobre este arco encontramos una hornacina con la figura del santo. Esta fachada, correspondiente al cuerpo principal de la edificación, se remata con una espadaña.

En el lateral derecho se ubica el cuerpo secundario de la construcción, que alberga una caja de escaleras y que ofrece una fachada a la plaza y otra lateral a la calle Barrio Verde, con un zócalo más bajo y sendos pequeños vanos rectangulares en la parte superior.

El interior, profusamente decorado, contrasta con la sobriedad del exterior. El pequeño tramo de acceso se encuentra cubierto con una bóveda de cañón con lunetos, ubicándose en una segunda altura el coro elevado. Los muros laterales de este tramo están decorados con pinturas que salieron a la luz en las obras de restauración de la ermita llevadas a cabo en 2001. Estos restos pictóricos son claramente anteriores a la construcción de la bóveda que sustenta el coro.

Otro arco carpanel da paso al tramo principal, de planta cuadrada y cubierto con una cúpula sobre pechinas que apoyan en pilastras; semiesférica al interior y octogonal al exterior, rematada por una linterna octogonal con ocho vanos. Cúpula, pechinas y pilastras aparecen profusamente decoradas con relieves policromados y pinturas representando motivos vegetales y ángeles.

HISTORIA

La tradición cristiana señala que San Indalecio, uno de los siete Varones Apostólicos del siglo I, nació en Caspe, concretamente en una casa del callizo de la Infanzonía, vecino a la ermita, en la que todavía existe una hornacina en la que se recuerda este hecho.

Las fuentes hagiográficas construyen un complejo relato acerca de la vida de un personaje que llegó a ser primer obispo de Almería, y cuyos restos descansan en la catedral de Jaca. Lo que está claro es que, al menos desde el siglo XV, está asentada la tradición del origen caspolino del santo, que es uno de los patrones de la ciudad (junto a San Roque y San Sebastián). En su honor se celebraban las Fiestas Mayores hasta la década de 1950, cuando se cambiaron a agosto, haciéndolas coincidir con la festividad del día de San Roque.

La ermita y plaza de San Indalecio se encuentran en la parte del Caspe medieval donde se ubicó la judería. Es por esto, y por las características del trazado urbano, que se cree que el solar que ocupa la ermita debió ser utilizado como sinagoga, pese a que se desconocen los orígenes del edificio al no haberse realizado estudios arqueológicos.

Sí que está documentada la intervención que se realizó en 1737, bajo las órdenes de Josef Felipe, en la que se reestructuró y amplió un edificio preexistente. En época reciente se abrieron dos vanos en la fachada principal a altura de la galería del coro.

En las obras de rehabilitación realizadas entre 2001 y 2004 se cegaron estos vanos, así como el que se abría en el piso inferior de las escaleras, se eliminó el enlucido sobre el zócalo de sillares y se reubicó la espadaña.

 

FUNCIÓN

La ermita de San Indalecio está considerada uno de los templos más antiguos de Caspe por su ubicación en el barrio de la Muela, núcleo del asentamiento altomedieval. Como hemos mencionado, es bastante probable que en este lugar existiera un lugar de culto para la comunidad judía, antes de que el proyecto de unificación religiosa promovido por los Reyes Católicos provocara su expulsión de la península Ibérica a partir de 1492.

En cuanto a su filiación cristiana, existen algunas menciones a que, de hecho, fue la primera iglesia parroquial de Caspe, afirmación que plantea dudas acerca de su jerarquía respecto al templo que ocuparía el solar de la Iglesia de Santa María la Mayor.

Actualmente continúa acogiendo las celebraciones en honor de San Indalecio cada 15 de mayo, en las que tienen un papel protagonista los miembros de su cofradía.

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