TORRE DE SALAMANCA (s. XIX)

TORRE DE SALAMANCA (s. XIX)

DESCRIPCIÓN

La llamada “torre de Salamanca”, “fuerte de Salamanca” o “torre del cabezo de Monteagudo” es una torre de telegrafía óptica y de fusileros mandada construir en 1875 por el general Manuel de Salamanca y Negrete (de quien toma su nombre) en el contexto de la Tercera Guerra Carlista.

Se levanta en uno de los extremos del cabezo de Monteagudo, en una posición elevada desde la que se obtiene una amplia visión panorámica del municipio de Caspe y de su entorno. Destaca por su aspecto neomedieval, que ha provocado que, en numerosas ocasiones, haya sido confundida con el castillo del Compromiso, la fortaleza medieval en la que se llevaron a cabo las deliberaciones de aquel importante acontecimiento histórico y que se ubica junto a la iglesia de Santa María la Mayor, en el centro urbano de Caspe.

El edificio que nos ocupa se construyó en 1875, y presenta una planta cuadrada de 12 x 8 metros, en cuyo interior se levanta una torre interior cuadrada de 4 x 4 metros, que apoya en cuatro arcos de medio punto sobre gruesos pilares cuadrados. Adosados al muro perimetral se levantaron cuatro bastiones o baluartes con remate semicircular.

Al exterior destaca su mencionado aspecto neomedieval, que otorga al edificio un componente estético excepcional en este tipo de construcciones. El material utilizado es piedra sillar (de mayores dimensiones en las esquinas) y el exterior del muro se divide en dos pisos mediante una moldura. Ambos pisos están recorridos por aspilleras y quedan rematados por una cornisa sobre la que destacan las almenas, adaptadas en su forma al uso de los fusiles. Tanto las aspilleras como las almenas presentan molduras que potencian su plasticidad.

El conjunto aparece rematado por la torre interior, que a su vez cuenta con aspilleras para los fusiles y aperturas cuadradas para los instrumentos de observación, sobre las que de nuevo aparecen cornisa y almenas. Sobre este cuerpo central se ubicaría el aparato utilizado para realizar las señales que permitían la comunicación en este tipo de torres.

El espacio interior no está compartimentado, encontrando como única estructura importante los pilares que soportan los arcos de medio punto que sostienen la torre interior. Para apostarse en las aspilleras se utilizaban unas plataformas adosadas al muro en ambas alturas, accediéndose al piso superior por una pequeña escalera, de pronunciada pendiente, de la que se conserva su huella en el muro.

El aspecto actual del edificio responde a la rehabilitación que se llevó a cabo en 1985, en la que se cerró el espacio interior del edificio mediante la construcción del suelo de la terraza almenada (en sustitución de lo que fue una estructura de madera perdida). También se incorporó una escalera de caracol dentro de la estructura que sostiene la torre interior, para acceder a los niveles superiores. El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2006.

HISTORIA

Como hemos mencionado, la torre fue mandada construir por el general Manuel de Salamanca y Negrete en 1875. El general había recibido el encargo de defender la línea derecha del Ebro y la zona del Maestrazgo en el contexto de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), para lo que consideró necesaria la construcción de una red de torres de telegrafía óptica que complementara la comunicación mediante telegrafía por cable, susceptible de ser saboteada.

Como muchas otras veces a lo largo de su historia, la ubicación de Caspe en la confluencia de los ríos Ebro y Guadalope (cuyo valle supone una entrada natural al Maestrazgo) otorgaba a esta plaza un carácter estratégico de especial importancia, tanto en lo referente a los movimientos de tropas como a la transmisión de comunicaciones entre el ámbito levantino y Zaragoza.

El mandato de construcción de la torre supuso un verdadero problema para la recientemente nombrada ciudad de Caspe, que arrastraba una maltrecha situación económica empeorada por las continuas incursiones y acciones armadas sufridas durante las dos anteriores Guerras Carlistas. Aun así el proyecto se llevó a cabo, levantándose un edificio singular y destacable respecto al resto de su tipo, y para cuya construcción se emplearon piedras obtenidas del antiguo convento de la Orden de San Juan y del propio castillo del Compromiso, que se encontraban en ruinas.

A pesar del esfuerzo, el edificio no debió llegar a usarse, ya que se terminó cuando la guerra daba sus últimos coletazos, y en un momento en el que el uso de la telegrafía óptica comenzaba a abandonarse. A pesar de que el propio general Salamanca propuso algunos usos alternativos para estas torres, la realidad es que quedaron abandonadas.

El paso del tiempo y el abandono hicieron mella en la construcción de la torre de Salamanca, aunque se conservó bien en lo estructural. En 1985 se llevó a cabo un proyecto de rehabilitación que consolidó el edificio y recuperó las partes perdidas, devolviéndole su aspecto original. Estas obras se acometieron con la intención de crear un museo etnológico en la torre, un proyecto que, pese a no completarse, supuso su adecuación como equipamiento cultural para la ciudad.

 

FUNCIÓN

Como hemos adelantado, la función original para la que fue concebida la torre de Salamanca era la de torre de telegrafía óptica, teniendo la capacidad de albergar una guarnición de fusileros para su defensa.

La telegrafía óptica se basa en la utilización de sistemas y mecanismos específicamente diseñados para transmitir mensajes a través de señales visibles a larga distancia. Esta forma de comunicarse ha existido desde la Antigüedad, aunque fue a partir del siglo XVIII cuando se desarrolló la telegrafía óptica moderna y comenzó a utilizarse en mayor medida.

La torre de Salamanca se construyó como puesto central de una red de telegrafía (eléctrica y óptica) cuya misión era controlar los numerosos vados del Ebro, por los que era habitual el paso de tropas. Esta red se extendía desde Tortosa a Zaragoza y desde Morella hasta Fraga, teniendo a Caspe como centro en el que se cruzaban sus dos líneas principales.

Para lograr esta comunicación el general Salamanca ideó un aparato de señales, basado en el telégrafo portátil inventado por el ingeniero Ambrosio de la Quadra en 1825. El “aparato Salamanca” constaba de un mástil y dos aspas que se podían colocar en tres posiciones: en horizontal, en un ángulo de 45º hacia arriba y en un ángulo de 45º hacia abajo (además de recogidas en vertical hacia abajo).

Las diferentes combinaciones que se podían generar con esas tres posiciones permitían representar los números del 0 al 9 y las letras A y B, formando así palabras, frases o códigos especiales. Así se transmitían los mensajes, siguiendo una secuencia determinada, de una torre a otra.

La comunicación mediante telegrafía óptica ofrecía ventajas e inconvenientes respecto a la telegrafía eléctrica (por cable). Como ventaja principal ofrecía el hecho de que era mucho más difícil que se cortara la comunicación a causa de un sabotaje, ya que las torres estaban, como hemos dicho, defendidas por guarniciones de fusilería, mientras que para desmantelar la comunicación mediante telegrafía eléctrica bastaba con cortar los cables en algún punto de la línea. Su principal inconveniente era que la comunicación resultaba lenta y dificultosa, especialmente en condiciones de escasa visibilidad (niebla, falta de luz, etc.).

Tras el largo período de abandono de la torre y su rehabilitación en 1985, en 1998 se llevó a cabo la instalación de una exposición acerca de los principales símbolos heráldicos de la Corona de Aragón, adquiriendo la denominación de “Museo de Heráldica Institucional de la Corona de Aragón”. Esta exposición se completó con otra dedicada a las Órdenes Militares con más presencia en Aragón durante la Edad Media.

Esta discrepancia entre continente y contenido pretende ser resuelta mediante el proyecto de musealización que actualmente está desarrollando el Ayuntamiento de Caspe para su conversión en el “Centro de Interpretación de las Torres Ópticas del Bajo Aragón”.

Este proyecto permitirá ofrecer al visitante información acerca de la torre de Salamanca en su contexto, poniendo en valor el edificio como testigo de uno de los períodos más importantes en la historia del municipio y como uno de los principales ejemplos de torre de telegrafía óptica conservados en España.

Torre de Salamanca.

Salamanca’s Tower

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