La tronca de Nadal es una antigua tradición aragonesa. Se seleccionaba un tronco de madera de gran tamaño y especialmente llamativo para que destacara sobre los demás en la hoguera. Una vez escogido, se decoraba y se cubría con una manta con el fin de esconder los secretos que guardaba.
Después se colocaba en un lugar destacado de la casa, y tras la bendición, llegaba el momento de pedir. Los niños daban unos golpes a la tronca con la mano o con un palo, mientras recitaban unas líneas a modo de conjuro, siempre con el objetivo final de que el tronco les concediera sus deseos.
Esta tradición se va a representar en los colegios caspolinos los días 16 y 17 de diciembre a través del grupo de teatro infantil Almonzandia. Es una actividad ofrecida por el Ayuntamiento de Caspe, a través de la concejalía de Cultura, gestionada por Rafael Lumbreras, en colaboración con los propios centros. La propuesta está orientada a los niños y niñas de 1º de primaria, cumpliendo estrictamente las medidas anti-covid de cada colegio, y busca que los escolares conozcan las tradiciones navideñas aragonesas y su puesta en valor.