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La colaboración ciudadana imprescindible para frenar a los infractores

Los actos vandálicos se repiten en Caspe de manera constante por diferentes puntos de la localidad. El problema genera, además de un serio perjuicio económico que sale del bolsillo de todos los caspolinos, una mala imagen de nuestra ciudad.

El vandalismo es la destrucción intencionada de bienes públicos o privados con el fin de generar daños materiales y económicos. Esta actitud incívica, en el caso de Caspe, cuesta cada año una cantidad que ronda los 60.000 euros.

El Ayuntamiento pide la colaboración ciudadana para frenar estas conductas, ante la imposibilidad de vigilar todos y cada uno de los espacios municipales y recuerda que el vandalismo es un delito y que, como tal, puede ser castigado con multas, si se logra localizar a los infractores.

La educación en el respeto, tanto a lo público como a lo privado y la concienciación es una tarea que nos corresponde a todos.

 

Adjuntamos fotos y memoria de los últimos actos detectados:

A las últimas pintadas localizadas en el mobiliario, suelo y paredes de los jardines de la Glorieta, han seguido otras acciones de idéntico calibre que preocupan a esta entidad, por ser habituales y reiteradas.

En esta ocasión, han sido varias las zonas afectadas: el Parque José Antonio Labordeta ha aparecido con pintadas en las paredes y en las escaleras de acceso; la Glorieta y el parque de la calle Alcañiz han sufrido desperfectos en los juegos infantiles; la vegetación plantada en la Fuente de los Chorros ha aparecido arrancada en repetidas ocasiones, por lo que tendrá que ser replantada de nuevo y la basura ensucia, una y otra vez, la lámina de agua que caracteriza a este peculiar entorno caspolino.

A pesar de lo alejado de la población, el Puente de Mastrigos ha sufrido esta actitud delictiva, que ha afectado gravemente a su imagen y a la seguridad, al ser arrancadas más de 70 pilastras de protección del puente y de las orillas.

Otras conductas incívicas que dan un aspecto deplorable de nuestra localidad y que también preocupan a la Concejalía de Medio Ambiente son: el abandono de enseres en lugares no adecuados como es el caso de colchones y almohadas retirados de un canal de riego de la zona de la Palanca; la basura arrojada de manera incontrolada y reiterada como la que se ha recogido llenado varias bolsas en la calle Luis Buñuel, travesía que conecta la avenida Joaquín Costa con Gaillac y en otras zonas y jardines públicos.

Aunque el problema no es nuevo, es necesario concienciar a la ciudadanía de que el coste para reparar los daños causados por el vandalismo y las conductas incívicas se hace frente desde el Ayuntamiento, pero es dinero de todos los vecinos que se podría destinar a cubrir mejoras o necesidades más importantes y beneficiosas para todos.

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